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EL MODO HUMANO DE ENFERMAR

El paciente no es simplemente un “cuerpo”, más que un simple “ser viviente” es una persona, un ser dotado de espiritualidad, inteligencia, concepto de sí mismo y del mundo, con un proyecto de vida y con una responsabilidad frente a su propio destino y su entorno. El enfermar del hombre no es avería de una máquina, de ahí la necesidad de entender las distintas dimensiones del enfermar humano.

Una cosa es entender una enfermedad y otra muy distinta es tratar a un paciente. Para darle atención a un paciente se debe entender todas las dimensiones de la condición que presenta, sea física, espiritual, cognitiva. Las personas son seres que transmiten emociones, sensaciones y estas son herramientas que se pueden multiplicar haciendo que todas estas se vean reflejadas en sus procesos permitiendo un desarrollo saludable en el tratamiento.

Salud es la manera de vivir libre, responsable y feliz, es un bien ser o solamente un bien estar. Si eres una persona responsable, libre, solidaria y feliz, eso es Ser una persona sana, más allá de los síntomas o signos que puedas tener. Al contrario, si no te manejas con responsabilidad, eres esclavo, eres egoísta y no eres libre; estás enfermo aunque no presentes ningún síntoma. Una nueva concepción reconoce la salud como proceso, no como un estado de ausencia de enfermedad, pero tampoco como el completo estado de bienestar físico mental y social.

La vida tiene que ser vista como un gerundio, la vida es la que se está viviendo, la enfermedad y la salud deben comprenderse como proceso que se continua realizando simultáneamente en preponderancia y complementariedad.

– Ser saludable implica la posibilidad de:
– Responder a las necesidades biológicas
– Responder a las necesidades psicológicas
– Responder a las necesidades existenciales
– Escribir la propia historia vital en la propia familia, el trabajo y la comunidad
– Escuchar
– Expresar lo “no dicho” en el diálogo y la reflexión
– Sentirse amado, privilegiando el encuentro con el otro
– Transformar y transformarse
– Comprometerse y formar parte de algo
– Establecer vínculos efectivos solidarios que nos permitan convivir y coexistir
– La búsqueda de sentido en un plan de vida incluido en un proyecto familiar y social.

 

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